jueves, 16 de octubre de 2008

Cuidados inmediatos del recién nacido

Los cuidados inmediatos del recién nacido están a cargo de las enfermeras.
La asistencia inmediata del recién nacido debe consistir en el control de la respiración, mantener la temperatura corporal, protegerlo de las infecciones y atender a sus necesidades alimentarias.
El obstetra coloca al niño boca abajo, para que las vías respiratorias queden libres de líquido y luego el pediatra procederá a continuación a aspirar las secreciones.
Para realizar todo esto, es necesario una correcta colaboración entre el obstetra y el pediatra.
El pediatra debe tener a mano en la sala de partos, elementos para mantener la temperatura corporal (sobre todo en recién nacidos prematuros), para prevenir y tratar la anoxia neonatal (mediante la aspiración cuidadosa de rinofaringe, estómago, oxigenación, uso muy restringido de drogas, etc).
Debe valorar el estado del niño a través del control de la respiración, frecuencia cardíaca, color y tono muscular.
Se protegerán los ojos de la conjuntivitis gonocócica mediante la instilación de cloririos.
Luego en la nursery, será necesaria la estrecha colaboración entre el pediatra y la enfermera, que cuenta con un respaldo profesional especializado en la vigilancia y control de algunos de estos signos y síntomas:
*Cianosis (color azulado).
*Palidez.
*Ictericia (color amarillo de piel y mucosa).
*Hemorragia.
*Disnea (agitación).
*Temblores.
*Vómitos.
*Deposición.
*Micción (orinar).
Se debe realizar control de temperatura y peso.
El peso se toma al nacer y luego cada dos días, salvo indicación médica.
Se deben practicar cuidados especiales de la piel y mucosa, para lo cual se le cambiará la ropa por completo todos los días y cuando se ensucie, se cambiarán los pañales y se limpiará con cuidado los pliegues y zona ano genital.
Es de fundamental importancia el ambiente que rodea al niño y el aislamiento, hechos que adquieren mayor significación en el caso de un niño prematuro.
A tales efectos, se necesita una atmósfera rica en oxígeno, que puede producir la gradual reanimación de la actividad respiratoria, en casos de que ésta sea irregular o se hayan producido crisis de apnea (suspensión de la respiración), bastante frecuentes luego del parto.
Tan necesario como el oxígeno, es el calor. Se debe recordar que el inmaduro se enfría rápidamente, por falta de autoregulación adecuada de su temperatura corporal. Por eso suele disminuir a 35-36º C y es muy inestable. Esa es la razón por la cual se debe mantener al niño en un ambiente con una temperatura de 25º a 30º en forma constante. Debe estar en una cuna bien preparada y calentada con mantas eléctricas o bolsas de agua caliente.
En los hospitales y clínicas privadas todos estos problemas son resueltos, colocando al niño en incubadoras, que le brindan aislamiento, oxígeno, humedad, calor y control directo.

Evelyn Stagnaro, Camila Fernandez, Yessica Orofino.

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