lunes, 10 de noviembre de 2008

El resfrio

Es un trastorno muy molesto y común en los niños, que comienza con una irritación en la garganta, sensación de sequedad, picazón y estornudos en gran cantidad, a lo que se agrega mucosidad nasal, lagrimeo de los ojos y cambio en el tono de la voz.

Algunos niños son más propensos que otros, lo que se explica quizás por una debilidad localizada en fosas nasales o disminución de las defensas generales de su organismo, en cuyo caso correrán por cuenta del médico pediatra, las prescripciones medicamentosas respectivas.

Las causas directas que lo provocan, son las variaciones climáticas, es decir, el frío, el viento, el pasaje de ambientes cálidos a otros muy fríos. Esto explica la mayor incidencia en primavera y otoño.

El resfrío podría también justificarse por una invasión de virus bacterias e incluso, algunas causales alérgicas.

Debe recordarse la importancia de esta afección en los lactantes, ya que para que el niño pueda mamar perfectamente, necesita que sus fosas nasales no se obstruyan y puedan respirar libremente sin problemas.

Por lo tanto, la madre debe cuidar al bebé para evitar el contagio, si ella estuviera resfriada, cubriendo su boca y nariz con un barbijo mientras le da de comer. Además tratará de brindar al pequeño una vida sana con mucho aire y sol y una perfecta higiene.

Si el cuadro se presenta con temperatura elevada y no se contara con la posibilidad de la rápida visita médica, se puede colocar un supositorio infantil para la fiebre y si fuera muy elevada, también paños fríos en la cabeza.

Fuente: Libro “La salud y la familia”.

Stagnaro Evelyn, Orofino Yessica, Fernandez Camila.

jueves, 16 de octubre de 2008

Cuidados inmediatos del recién nacido

Los cuidados inmediatos del recién nacido están a cargo de las enfermeras.
La asistencia inmediata del recién nacido debe consistir en el control de la respiración, mantener la temperatura corporal, protegerlo de las infecciones y atender a sus necesidades alimentarias.
El obstetra coloca al niño boca abajo, para que las vías respiratorias queden libres de líquido y luego el pediatra procederá a continuación a aspirar las secreciones.
Para realizar todo esto, es necesario una correcta colaboración entre el obstetra y el pediatra.
El pediatra debe tener a mano en la sala de partos, elementos para mantener la temperatura corporal (sobre todo en recién nacidos prematuros), para prevenir y tratar la anoxia neonatal (mediante la aspiración cuidadosa de rinofaringe, estómago, oxigenación, uso muy restringido de drogas, etc).
Debe valorar el estado del niño a través del control de la respiración, frecuencia cardíaca, color y tono muscular.
Se protegerán los ojos de la conjuntivitis gonocócica mediante la instilación de cloririos.
Luego en la nursery, será necesaria la estrecha colaboración entre el pediatra y la enfermera, que cuenta con un respaldo profesional especializado en la vigilancia y control de algunos de estos signos y síntomas:
*Cianosis (color azulado).
*Palidez.
*Ictericia (color amarillo de piel y mucosa).
*Hemorragia.
*Disnea (agitación).
*Temblores.
*Vómitos.
*Deposición.
*Micción (orinar).
Se debe realizar control de temperatura y peso.
El peso se toma al nacer y luego cada dos días, salvo indicación médica.
Se deben practicar cuidados especiales de la piel y mucosa, para lo cual se le cambiará la ropa por completo todos los días y cuando se ensucie, se cambiarán los pañales y se limpiará con cuidado los pliegues y zona ano genital.
Es de fundamental importancia el ambiente que rodea al niño y el aislamiento, hechos que adquieren mayor significación en el caso de un niño prematuro.
A tales efectos, se necesita una atmósfera rica en oxígeno, que puede producir la gradual reanimación de la actividad respiratoria, en casos de que ésta sea irregular o se hayan producido crisis de apnea (suspensión de la respiración), bastante frecuentes luego del parto.
Tan necesario como el oxígeno, es el calor. Se debe recordar que el inmaduro se enfría rápidamente, por falta de autoregulación adecuada de su temperatura corporal. Por eso suele disminuir a 35-36º C y es muy inestable. Esa es la razón por la cual se debe mantener al niño en un ambiente con una temperatura de 25º a 30º en forma constante. Debe estar en una cuna bien preparada y calentada con mantas eléctricas o bolsas de agua caliente.
En los hospitales y clínicas privadas todos estos problemas son resueltos, colocando al niño en incubadoras, que le brindan aislamiento, oxígeno, humedad, calor y control directo.

Evelyn Stagnaro, Camila Fernandez, Yessica Orofino.